Erase un culo a una chapa pegado |
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16/10/2008 |
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El español es un culo pegado a un coche. Y de ahí se deriva todo lo demás. El coche es todavía un icono del éxito personal y la exhibición de gasto más ostensible. Está a la vista. Todo el mundo se entera. Rivalidad con el vecindario por envidias derivadas del motor más potente o la estética más llamativa, invasión de parajes naturales (autorizados o no) llegando sobre ruedas hasta el más remoto acantilado (ir a pie parece una humillación: algo así como cosa de pobres); contaminación extra por excesivo consumo de carburante, gobernantes que promueven carreteras esdrújulas, ausencia de transporte público cómodo y barato, carriles bici u otras alternativas, saturación de las calles de las ciudades, atascos, ruido, olor a goma quemada, neurastenia, insultos y otras agresiones entre automovilistas fuera de sí que saturan los juzgados de faltas.
De ser un vehículo de transporte que procuraba autonomía de desplazamiento, se ha convertido el coche en uno de los mayores problemas para la salud del planeta, acelerando su destrucción.
Los accidentes de tráfico matan más gente y dejan atrás más lisiados que los atentados terroristas y, sin embargo, no se les da la misma relevancia preventiva. No se comprende que, al igual que en los paquetes de tabaco, los vendedores de coches no tengan que poner por ley una leyenda en sus modelos diciendo “este vehículo puede matar”.
El Estado, hipócrita con los muertos de tráfico, se cuida muy mucho de poner coto al coche, pues su fabricación, mantenimiento, consumo, seguros, impuestos, etcétera son una teta de la vaca a la que no está dispuesto a renunciar. Así pues, hace demagogia mediante métodos represivos que suponen una recaudación extra. Por ejemplo, ampliando innecesariamente antiguas carreteras comarcales y convirtiéndolas en auténticas autopistas, para luego imponer señales limitando la velocidad hasta extremos ridículos...Si no fuera porque los radares son una mina de multas a pagar y fuente de ingresos asimismo para los gabinetes jurídicos especializados en marear la perdiz de los recursos contra la administración. Hecha la ley, hecha la trampa.
Según pude oír recientemente en Radio Nacional/Radio 5 a tenor de los resultados de una encuesta, España es el país de la Unión Europea que más innecesariamente usa el vehículo privado. El 75% de los trayectos son de menos de 3 kilómetros y la mayoría del tiempo su único ocupante es el conductor. Soliloquio automovilista. Luego hablamos de ecología con toda naturalidad.
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