ENEMIGO VIRUS CORONADO
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16/03/2020
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Lo peor puede en una guerra es que el enemigo sea invisible. Esa ubicuidad destruye las defensas más indispensables, que son las que configuran nuestro sistema nervioso. Los virus atacan como y cuando quieren, creando el pánico en el bienestar, en la ficticia estabilidad del neoliberalismo, la instalación en el confort inmobiliario. La rutina entre paredes, el obligado ostracismo, riéndose sarcástico de nuestra impaciencia por salir a paseo, descojonándose de nuestro obligado confinamiento doméstico. Y mandándonos en plan autoritario que nos quedemos en casa. Sin salir. Salvo para comprar papel higiénico...
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