La muerte sigue llamando al 016
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18/12/2018
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Repugna a la más elemental sensibilidad la muerte y la manera fortuita de morir, en el asesinato de Laura. Hieren las palabras huecas, el absurdo y rehuyen la razón las preguntas de imposible respuesta.

Algo nos dice que esta mujer, en los 26 años de su flor existencial, no será la última en morir de mala manera por la frenética violencia machista. No parece que haya manera de parar el reguero de muertes por esta maldición.

El Estado está aquejado dei inhibición y, por tanto,de complicidad.

Habrá pues que concluir que una mujer no puede salir de casa sola sin peligro de fatal agresión por parte de los cafres bestiales. Estos psicópatas andan sueltos, sin control y con apariencia humana.
Porque se sabe, con suficiente certeza científica , que los psicópatas sexuales son monstruos reincidentes en potencia. Sin embargo, el sistema judicial les sigue aplicando el reglamento rutinario común. No vigila la conducta de estos asesinos irredentos. Así que un dÍa cualquiera se les salta el ansia de matar y hay que lamentar otro cadáver.index.php#

A este respecto, algunos procedimientos judiciales no son inocentes; o, lo que es igual, rezuman iestupefiacción por su anormalidad. Luego de la desgracial,el sistema se lava las manos con el gel de la indiferencia. Y a otro caso.

A los burócratas de la protección de papel o debate televisivo, les parece suficiente hacer campañas de llamada de alarma al número 016. Pero Laura Luelmo no será la ultima en morir, por culpa del pocoo entusiasmo y tanta negligencia,. y tanta promesa política incumplida, tanto dolor.

La ceremonia se repite una vez más. La indignación ruge en las calles.Las mujeres se sienten amenazadas e indefensas. Cada vez que una mujer es aseindex.php#sinada, asistimos a los inevitables lamentaciones oificiales; al macabro ritual de los pésames y los gestos compungidos en los tanatorios; los rezos que anuncian el olvido de otra muerte a manos del machismo.

No quiero creer que, en el fondo, los poderes que nos gobiernan prefieran una ciudadanía insegura y atemorizada por la muerte arbiitrarita.

Lo que equivale a volver la vista y los votos hacia quienes dicen garantizar el Orden y determinan el aleatorio castigo a los culpables..
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