Grandola vila morena
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26/04/2018
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Ayer fue 25 de abril y alguna gente se acordó de celebrar "la Revolución de los claveles". Nuestros vecinos portugueses han tenido más suerte que nosotros, los de este lado de la cicatriz ibérica, los que tanto les ignoramos y tan poco les secundamos. Ellos celebran hoy el aniversario de de una evolución que acabó con 48 años dictadura del Estado Novo de Salazar.
El aislamiento internacional y las guerras coloniales  provocaron el alzamiento de una parte del ejército que capitaneo la “Revoluçao dos Cravos” y condujo a Portugal hacia la libertad y la modernidad. Y ahí están ahora mismo. Ofreciendo lecciones desde el gobierno y en la Unión Europea que priman lo social desmandado y sin control alguno sobre las desmesuradas ganancias especulativas del capital.
En Portugal, por mucho que se quiera silenciar, no se producen los recorrtes salvajes que en España estamos padeciendo, por parte del presidente Mariano Rajoy y de la corrupción que acompaña como una lacra al Partido Popular.
Algo tendrá que ver evidentemente, que Portugal no sea una monarquía sino una república. Tampoco su ejército se puso, a la muerte de Franco, de parte del pueblo sino todo lo contrario: Apuntalaron a los borbones, Y, con episodios tan lamentables como el 23-F, consolidaron un régimen dictatorial cuyas secuelas aún estamos padeciendo.
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