Adversidades |
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10/04/2018 |
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Es este un gobierno estrafalario que da eses en el suelo mierdoso, aferrándose a las farolas borrachas de la mentira como sistema de sujeción. Su hiperactividad abarca desde la madrugada a la oscuridad de las miserias ocultas. Un territorio escabroso y vil, frecuentado por delincuentes y gatos sarnosos, ambos en busca de basuras. En su beodo devaneo por el universo de la falsedad farisaica, este retén de reos implicados en pufos barrocos opta por defender lo indefendible.
No obstante, siempre queda la esencia del gesto, el brindis al sol y de cara a la galerÃa de los adepptos.Una vez descifrado el descalbro académico, Cifuentes ha sido recibida con una cerrada y larga ovación por los suyos. Preludio de lástimas y abandonos en el erial de la desmemoria.
Tampoco era la cosa tan grave. Engañar al elector es un deporte común y corriente. Venial. Apenas nada si se la compara con la trama Gürtel la tragedia del metro de Valencia o la Púnica o cualquiera de los numerosos casos de currupción con implicados del Partido Popular... un máster es solo un máster.
El máster estaba allà y a ella le apeteció barnizar su escaso curriculum. Su carrera no era de aulas ni de hincar codos, más bien se basaba en el glamour del cuerpo a cuerpo. Sin embargo, su orfadad académica necesitaba bagaje para ascender a los cielos de la polÃtica estatal. Su intención a largo plazo era ser la primera mujer presidenta de España. Si Mariano pudo, por qué ella no; si lucÃa tan brillante como eldorado de sus tintineantes bisuterÃas. O como el ortodoxo teñido de su cabellera rubia de falsa moneda.
Lo peor fue la contumacia en la mentira. La soberbia de no dar paso atrás, reconocer y recapacitar. Pero ahà está la gran ovación de los conmilitones. Todos la quieren en el partido. Al menos de momento... mientras no se manifiesten demasiado intensamente las señales de peligro y el descalbro en las encuestas. Amar sÃ, pero no de manera incondicional. Eso serÃa desconocer la idiosincrasia afectiva de Mariano.
Mariano pregonó a los cuatro vientos su pasión por la "imprescindible Rita" la valenciana. No podÃa vivir sin ella. Sin embargo, cuando ese amor se tornó granizo, se produjo el conocido fenómeno de las desapariciones y las ausencias. El gran jefe nunca estaba en su despacho genovés o no se ponÃa al móvil de las intimidades. Rita se rompió las manos llamando con furiosa percusión en la puertas cerradas a cal y canto. Cuando alguien “daba el agua†de la presencia de Barberá, en Madrid (“a la que tanto debemos y queremos, Rajoy dixit), todo el mundo salÃa de estampida a hacer recados urgentes; o se escondÃa bajo alguna estratégica alfombra de la sede.
Rita se habÃa vuelto gafe y murió de pena en su soledad de traca.
Cifuentes no parece que se lo crea tanto, pero de momento busca el apoyo del aplauso y el jaleo de la militancia pepera.
Luego está Alemania y el caso catalán. Esa gente no cesa, a pesar de la lección que les propinamos en los años 30. Alemania es una República Federal. Ese estado liberal tiene jueces cuya independencia está garantizada por la división escrupulosa de poderes. Son las reglas del juego democrático formal. Sin embargo, en España todo es más especial y peregrino. La judicatura suele ser una amalgama de opositores cuyos hilos son manejados por el ejecutivo. La carrera judicial depende de esos humores del hÃgado. Si quieres ascedender en el escalafón, sabes que tienes que fallar a favor y sin renuencias. De lo contrario, tu destino será un aciago juzgado con telarañashome.php de permanencia indefinida en algún confÃn remoto de la geografÃa nacional.
La judicatura alemana no ha encontrado delito de rebelión y muy dificilmente hallará el de malversación, con lo cual se aleja el regodeo de la extradición derivada de perseguir a Puigdemont acusándolo de rebelión y retorciendo la ley como una bayeta de fregar. Ese procedimiento no ha sido de recibo en la Europa de Montesquieu.
Por aquà es todo más pintoresco e inhabitable.
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