2 horas de descanso...sin áreas de descanso
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20/05/2008
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Los muertos por accidente de tráfico se siguen acumulando como racimos de uvas en una caja definitiva. Por su abultado número y truculencia, superan de largo a las víctimas del terrorismo. Aunque, por alguna misteriosa razón de embotamiento colectivo o fatalismo inducido por la propaganda del consumo, estos muertos producen infinitamente menos alarma social que los otros. Se trata de una curiosa selectividad. Unas cosas llaman la atención y otras no tanto, por pura repetición.
En cuanto a las autoridades, se felicitan, cada lunes de puente siniestro, porque las estadísticas les sonríen y hay menos cadáveres sobre el asfalto que en la tabla gráfica del año anterior. Los que quedan parapléjicos para siempre no cuentan en el baremo ministerial, ni en la publicidad triunfalista de los fabricantes de coches explosivos.
Conjunción letal: peso ligero+ muchos caballos+conductor descerebrado y émulo de piloto Alonso= hierros retorcidos y familias destrozadas por el dolor de la velocidad.
Aparte de darse baños de autosatisfacción, las mismas autoridades se muestran paternales y dan muchos consejos de prudencia publicitaria, al tiempo que instalan radares quitapuntos y calcan multas a aquellos conductores recalcitrantes en la estupidez temeraria.
Hay, ciertamente, un factor muy peligroso a la hora de cubrir grandes distancias por carretera. Es la fatiga al volante. En esto coincide todo el mundo. El cierre de pestañas durante una décima de segundo, muy a menudo supone el paso automático al sueño eterno acostados en un barranco.
He viajado bastante por las autopistas de la Unión Europea. Allí son frecuentes las áreas de servicio con parques arbolados, toilettes, mesas y asientos donde descansar y recuperarse de la fatiga y la monotonía del tráfico. Son servicios gratis, donde Francia destaca por encima de todos los demás países comunitarios.
Aquí, en la España de toda la vida, las autoridades fieles a la cultura de la falacia y la demagogia seculares, lanzan slogans aconsejando “descansar cada dos horas”. Pero el caso es que, como cualquiera puede comprobar, en ninguna de nuestras autopistas existe dónde. Como no sea en el arcén.
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