Etica pura
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23/12/2013
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Qué cosa tan extraña es el depósito de la confianza en otras personas, animales o cosas. Confiar es dar pie a la esperanza, levantar los blindajes de autoprotección, asumir una cierta indefensión, en aras de llevar a cabo algún proyecto o acción determinada. En lo que respecta a los animales y los objetos, confías en que tu perro no te muerda y que tu lavadora funcione cuando la necesitas. En cuanto a las personas, la confianza es básica para crear una sociedad...salvo en la española excepción nuestra de cada día. Aquí, por lo que se desprende de la actualidad, formar una empresa con otros más bien parece una película de puñales. Nada más firmar los contratos, se despierta una necesidad compulsiva de sacar fotocopias y de coleccionar e-mails comprometedores. Por si acaso. A partir de determinados niveles ideológicos o económicos, nadie se fía de nadie. Con lo que la cosa deriva en el lamentable adagio que dice "de puta a puta, taconazo"..
Qué cosa tan extraña es la honradez y el trabajo bien hecho. Son un exótico elefante amarillo, un cultivo de inexistencia. Una anomalía. Lo razonable es el trile y la huida al paraíso fiscal. El juego habitual es ser listos y guapos mientras no se descubran las supercherías. Montárselo hoy y especulando con el mañana. Pura ética.
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