Sin Filmoteca y a lo loco
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21/01/2008
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En la ciudad de S., cuyo nombre coincide con un célebre logotipo bancario, no hay cine de filmoteca aunque sí haya edificio de Filmoteca. ¿Absurdo? Sin embargo, el gobierno autonómico se gastó en su día un montón de miles de euros en rescatar y remodelar un viejo cine que ya estaba sentenciado a demolición. ¿Raro? No, ilustrativo de los navajeos y pendencias entre partido políticos, venganzas de meter el dedo en el ojo ajeno.
Pero, sobre todo, de lo que les importa a nuestros representantes nuestro bienestar. Cultural, en este caso concreto. El personal cinéfilo y votante queda al margen de estos campos de cultivo del odio entre profesionales de la farándula política al uso. No hay butacas disponibles.
Siempre que se habla de un universo de humor absurdo y delirante nos acordamos automáticamente de “El camarote de los Hermanos Marx”. Y cuando se trata de ilustrar un universo cerrado, siniestro y opresivo hasta el absurdo, hablamos de un sucedido “kafkiano”.
Que cada cual elija entre estas dos caras de la realidad que se expone a continuación.
Sucede que, cuando se inauguró la sede Filmoteca regional, administraba la Comunidad Autónoma una coalición entre el Partido Popular y el Partido Regionalista, ambos de derechas, aunque este último luce un pedigrí populista de género ambiguo.
Durante años, el cine en V.O. subtitulada y demás actividades, funcionaron con plena normalidad. Hasta que, tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo pasado, por cuestiones aritméticas de votos la coalición gobernante pasó a ser Partido Regionalista-PSOE.
Entonces y sólo entonces, el PP se percató de que la Filmoteca carecía de permiso de apertura, incoaron un expediente sancionador y la cerraron a cal y canto. Hasta hoy.
El caso es que, cuando se inauguraron las instalaciones, el que gobernaba el ayuntamiento, responsable de las licencias de apertura, era el propio PP.¿Marxiano o kafkiano? Simplemente imbécil, para empezar.
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