UN REAL A TRES MIL EUROS
enviar este artículo
15/11/2007
.
Leo en el diario digital laRepública.es que Antonio Romero se escandaliza de la condena judicial que le han impuesto al semanario satírico "El Jueves". Romero es el coordinador de la red de municipios por la III República. Se escandaliza bien. En una democracia real, ni la corona debería ser una excepción ante la ley que nos somete a todos los ciudadanos. Ello la asemeja al absolutismo de un dios sobre la tierra y estos ya no son tiempos. Aunque, a la hora de escribir su Historia, España siempre ha sido proclive a las cuadraturas del círculo y al movimiento continuo
La sentencia ha sido de 3.000 euros del ala. Descartado el cadalso, eso es lo que cuesta en este país reírse de la familia real. La tasación oficial del honor injuriado de la monarquía en la capital del reino.
En Badenmer arriba España, con la estatua de Franco presidiendo la ciudad, las cosas son de manera que sí funciona el hacha de decapitar. El rol de verdugo lo asumen los propios jueces.
La cabecera del periódico “la Realidad” rodó guillotinada por una condena de 170.000 euros. Había sido juzgada en Primera Instancia por el mismo delito de sarcasmo que “El Jueves”. Según el criterio de la judicatura madrileña, “la Realidad” podría haber comprado casi seis veces más de sarcasmos sobre el gotha de sangre azul.
Si no era a la cúspide de la alta sociedad ¿A quién se había ofendido entonces el periodista para merecer tan descomunal condena? Al absurdo de la desproporción. A un mindundi que a la sazón era secretario provincial del Partido Popular, factótum de fechorías políticas y banquero de Caja Cantabria. En realidad su nombre es lo de menos. Era el peón de brega de un entramado aristocrático provinciano con ínfulas caciquiles. Un feudo cuyo vértice tiene apellido de aires bucaneros y tesoros corsarios a buen recaudo.
Si el “honor” de una peladura humana se cotiza ante la ley casi seis veces más que el del príncipe heredero de la Corona de España, reconozco mi desconcierto.
Una de dos: o bien los jueces de Madrid son los justos y entonces los de Badenmer ejercen de Santo Oficio, o los tribunales de esta tierra tienen la razón de la justicia de su parte. Y entonces a la judicatura madrileña que ha condenado a “El Jueves” y al portal de Internet “A las Barricadas” (3.000 euros por el “honor” de Ramoncín SGAE) habría que empapelarla a fondo por supina negligencia.
.