La memoria del combate antifascista
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22/05/2012
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Luis Albo Camus tenía 30 años cuando murió de mala manera en el campo de exterminio nazi de Mauthausen. Era un joven combatiente republicano, oriundo de Peñacastillo (Cantabria). Las tropas de Hitler lo hicieron prisionero cuando luchaba en Francia contra la invasión del país vecino por los fascistas alemanes. Como tantos y tantos milicianos, antes Luis había defendido la II República frente al ejército nacionalista español del general golpista Franco. Cuando el avance de las tropas nacional-clericales se hizo imposible de contener, tomó el camino del exilio por los Pirineos.

Luis Albo Camus era tío de mi madre. Su nombre está escrito en el Monumento a las Víctimas del nazismo, erigido en Camargo (Cantabria). Como todos los años por estas fechas, la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE) ha organizado un homenaje a la memoria de estos hombres que dieron su vida por la República legal española y se opusieron al fascismo e todos los frentes.



Yo no pude estar allí presente en el homenaje a este antepasado mío y a sus compañeros, pero mi mente si estuvo.

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