Un escarmiento a la Argentina
enviar este artículo
26/04/2012
.
Dado el agrio nivel del desafío, no es suficiente con retirar el saludo español. Non PPlus Ultra debe imperiosamente declararle la guerra a Argentina. Sin dilación. No se merecen otra cosa. Primero Borges ridiculizó la zarzuela “Las Corsarias” en su libro “Historia Universal de la Infamia”. Luego ese país traicionero acoge sin problemas ni cortapisas a los cerebros en fuga de la ciencia hispánica, acosada por las demoliciones sociales de Marioneti Roscoy. Por si no fuera éste suficiente casus belli, el gobierno de Cristina Fernández acomete la flagrante vulgaridad de nacionalizar YPF-Repsol. Como se sabe, el petróleo manda. Repsol es la joya empresarial de la política exterior española. Por la necesidad del oro negro hemos recibido por ejemplo, con todos honores del Estado y legitimando, al sátrapa guineano Teodoro Obiang. En la antigua colonia española la población padece hambre de pan y sed de democracia. Obiang encarcela, tortura y asesina a quien le viene en gana.

Con la incautación de YPF-Repsol, Argentina ha colmado con creces el vaso de la paciencia de la Madre Patria... Pero, por si todo esto pareciera poco, ¡se atreven a criminalizar el franquismo! La causa la lleva adelante la juez María Servini de Cubría, titular del Juzgado Federal de Primera Instancia de Buenos Aires. Sin embargo, se puede adivinar entre bastidores la empecinada sombra del ex-juez Baltasar Garzón. El churrasco de neofranquismo a la parrilla está servido. Los argentinos se atreven con el mayor tabú eucarístico de la Transición a la española: Pasar del franquismo anterior al actual neofranquismo, sin romperle ni mancharle. “Verdad, Justicia y Reparación” -para las víctimas de franquismo- se denomina la afrenta de investigar los crimenes del maestro inspirador de Videla y la Junta Militar. Una bofetada. Una provocación inadmisible. Hasta aquí podíamos llegar.
.