Filosofías |
 |
16/02/2011 |
. |
Cuantos menos dogmas, menos disputas; y cuantas menos disputas, menos desgracias; si esto no es verdad, estoy equivocado
Voltaire: “Virtud vale más que ciencia”.
En estos días el sueño de una cierta democracia se ha posado, como el ave fénix de la eterna esperanza, sobre las cenizas dictatoriales del suelo de Egipto,Túnez... Los hados suministradores de nuevos aires democráticos no han puesto sus ojos en Marruecos. Tampoco en la Palestina ocupada por el sionismo de Israel.
En Egipto y en Túnez han caído sendos tiranos que ya eran conocidos desde hace décadas. Por el Nilo transcurre ahora la incertidumbre y el ansia de justicia. Por debajo de las dunas corre el petróleo, la sangre vital del sistema. Ahora es el turno de la geopolítica. Irán nuclear y teocrático. Irak, guerra perdida. Entre bastidores se mueven las fichas del damero maldito. Hace mucho tiempo ya que las élites desconectaron la democracia del pueblo. Para poder volar en libertad, este ave fénix necesitaría no sólo la esperanza sino un milagro. Egipto es hoy un enorme y estratégico bocado de realidad.
---------------------
Democracia. En un principio fue el concepto. La idea en la cabeza de los hombres. La democracia de la antigua Grecia era filosóficamente plural y extrovertida. Didáctica. Luego, con el tiempo, y la consagración de los privilegios de los sibaritas del lujo, hemos ido habitando una representación tragicómica: una democracia degradada por el abuso constante de la fuerza sobre la razón.
Es la ebullición de los dogmas con sus ejércitos de implantación. El transformismo de la idea original en espectáculo digerible y defecable por los rebaños. Una libertad ideal donde elegir mercancías.
Sin ser perfecta, en justicia, nunca la democracia originaria (“el mejor de todos los sistemas políticos conocidos”) pudo sospechar que podría llegar a ser identificada con las bolsas de basura y con la banca.
Es decir, la mierda corrosiva y el dinero derivado de la misma como supremo objetivo filosófico.
|
. |
|
|
|