El gran test es Wikileaks
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13/12/2010
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El caso Wikileaks está siendo, al mismo tiempo, una provocación y un test. La secuencia es: se desvelan unos documentos secretos que prueban lo que ya se suponía. Que la política se ha convertido en un juego de tahúres, enrocada en sí misma, como una serpiente cascabel dispuesta para el ataque y el atracón. Y que a los tahúres les importa un huevo la ciudadanía. Sólo son público.
Se produce a continuación la respuesta agria de los protagonistas de la ignominia institucional. Los irrisorios medios de comunicación al uso callan sus concomitancias con el poder y disimulan su ridículo profesional. No se habían enterado de nada de lo que filtra Wikileaks, porque a lo sumo que aspiran es a que les dejen estar empotrados.

Ahora quedan por ver los efectos del poder sobre el mensajero. Wikileaks es el test y ahora mismo se dirime si la Red seguirá siendo libre. Por desgracia para la libertad de expresión (la contundente y sin concesiones), existen temibles analogías con el pasado. No estaría de más empezar a cavar cibertrincheras y preparar ciberbarricadas.

Cuando, era a eso de anteayer en el dominio mundial del capitalismo, los EEUU perdieron la guerra de Vietnam, el Sistema culpó de esa enorme derrota a la Prensa escrita independiente; tachándola de izquierdosa antipatriota y de ayudar a la implantación del comunismo. A partir de ese momento, los mecanismos de poder se aprestaron a neutralizar esa Prensa por todos los medios a su alcance. Así es como ha ido desapareciendo la independencia y la credibilidad periodística. El periodismo de investigación fue relegado al olvido. En su lugar fue florecido la propaganda institucional, la “versión oficial”, parcial y sesgada de la realidad. Es decir, la voz del Amo que paga.

La Prensa escrita tiene unos costes imposibles de mantener sin publicidad. Ese es su talón de Aquiles. Y ahí es precisamente ahí donde aprietan la tuerca las corporaciones que manejan los hilos del mundo. La inserción de publicidad significa hacer concesiones y morderse la lengua. Y si dices la verdad de lo que averiguas, no hay publicidad y llegan inexorables los números rojos de mal agüero en la contabilidad. La bancarrota. La desaparición.

Y cuando no resulta posible doblegar lo suficiente, simplemente se compran las acciones de los rotativos y a mandar. Hay suficientes ejemplos de esta implantación a lo largo y ancho del orbe. Sin duda uno de los más llamativos fue la compra, hace algún tiempo, de la cabecera del diario radical francés “Libération” por la elitista familia bancaria Rotschild.

Ahora que los EEUU están oliendo la inminencia de su derrota moral y bélica en Irak y Afganistan, Wikileaks suelta la bomba de los papeles de Washington y dispersa por Internet todas la basura de la política internacional. Se abre así un nuevo capítulo de la guerra eterna entre el dogma del Orden uniformizador y castrante (el pensamiento único) contra el Caos, asociado malévola y supersticiosamente a la diversidad (el libre pensamiento). Siempre la teología frente a la posibilidad de un mundo laico.

Ciertamente, el sistema ha estado permanentemente tentado de controlar la Red, pero carecían de pretextos de suficiente altura. Precisamente por perder la guerra del petróleo y sus tuberías, ahora emplearán toda su parafernalia para atacar y anular su neutralidad. Tal y como antaño en Vietnam se acusó a la Prensa escrita de procomunista o "compañera de viaje del comunismo", a partir de Wikileaks pisarán a fondo acelerador del fetiche del terrorismo islamista. Pondrán juego la seguridad del Estado. Lo de siempre, pero puesto al día en el estilo y en el señalamiento del chivo expiatorio.

Este es el momento del gran test, abierto por Wikileaks. ¿Puede haber un Internet horizontal y espiral, al margen del dominio de las grandes teleoperadoras y otros ciberadictos al Sistema? ¿Triunfarán los efectos especiales de la realidad virtual sobre los hechos de la realidad desnuda de retóricas parlabaratas?

Si la Prensa convencional ha sido finalmente amordazada ¿podrá el sistema de las grandes fortunas producir una vacuna eficaz a su favor contra Internet? Veremos.
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