Trompetas apocalípticas 13/01/2009 . Lo malo es que las trompetas de Jericó no las soplaban ni el gran Miles Davis, ni el no menos grande Dizzie Gillespie, ni tampoco el talento de Chet Baker, ni el recién fallecido Freddy Hubbard. Las tocaban a rebato alabarderos del truculento y pirómano Yahveh, también llamado Jehová. O sea, tal como ahora mismo en el siglo XXI de Cristo. Sus descendientes sionistas, andan ejecutando una siniestra partitura. Un auténtico genocidio, orquestado con todos los instrumentos de su mortífera parafernalia. Nada cambia en un mundo de efluvios bíblicos o coránicos. Nada, mientras no se imponga la razón laica y mandemos a tomar vientos a las culturas nacidas de las religiones de Libro absolutista. Conforme a la impronta suplantadora y colonial de todo culto al absoluto, el David palestino frente al Goliath israelita supone un episodio más de lo de siempre. Los ricos contra los pobres, en su eterno afán de hacerles pagar hasta el aire que respiran. El control económico judío es ominoso en los bantustanes palestinos. En plena tragedia, ahora sólo faltaría que los propietarios de las funerarias de Gaza sean hebreos y estén haciendo fortuna con la matanza. Tiene el Estado de Israel carta blanca para arrasar impunemente casa a casa, amparado como está por las mayores finanzas del mundo y por todos los países cuyo Grial es el dinero. En el lado de los desprecios, los parias que no tienen ni un Estado donde caerse muertos...que han sido expulsados o ninguneados antes por los propios árabes, que extraen su idílico tren de vida del Occidente industrial. Un sino trágico, el de los palestinos. Antes desterrados de Jordania(*) por un rey de opereta, luego cayeron en manos de una corrupta Autoridad Arafat y ahora están subidos en el vértigo de la islamista alfombra voladora de Hamas. Triste sino, en verdad, el de ser habitante de una ratonera sin salidas independientes. (*) En un gesto de enmienda histórica, el sucesor de aquel monarca hachemita ha expulsado al embajador de Israel. Se suma así Jordania a la misma decisión, en respuesta al genocidio sionista de Gaza, por parte del presidente venezolano Hugo Chávez. .