Los banqueros absolutos
enviar este artículo
26/11/2010
.
El artículo “Ya hemos llegado...” lo publicó "El Antídoto" hace más de un año. Desde entonces la realidad brutal se ha acelerado. El paro y la miseria crecen como una pandemia por el mundo. Lo llaman crisis por llamarlo de algún modo. Lo cierto es que los ricos son más ricos y son intocables, aunque no precisamente del género de la casta hindú del mismo nombre.

Ahora mismo aquellos viejos temores del presidente Jefferson no sólo se confirman, sino que configuran un mundo donde las personas estamos presos bajo fianza. Los embates del capitalismo desenfrenado han conseguido que los gobiernos electos sean rehenes de su afán de dominio absoluto. Montesquieu y la separación de poderes han sido apuñalados y tienen difícil recuperación.

En esta crítica situación, las democracias son una entelequia formal, puesto que están hipotecados por los amos tiránicos de las finanzas. Los estados están atados a la cultura hiperconsumista de las corporaciones. Todo es pasto de la especulación y las élites monetarias hacen pagar muy cara la estabilidad. No resulta tan rentable ni divertida.

Los países del Tercer Mundo ni siquiera existen como tales. Son sólo despensa de materias primas e infecciones reguladoras de población. A los ricos sólo les quita verdaderamente el sueño la explosión demográfica.

En la Unión Europea, Grecia y ahora Irlanda se deslizan por el sumidero de la bancarrota. España camina de puntillas por el alambre económico neoliberal, intentando evitar ser la próxima merienda de los depredadores financieros.

Así que no se sabe si hay un Plan, pero de momento no es que el dinero sea dios. Dios es el Dinero y los financieros de la Lista Forbes su auténtico y pomposo Vaticano.

--------------------o----------------------

Ya hemos llegado a ello(3-09-2009)

“Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate.
Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a ellos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, seguida por la recesión, hasta el día que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron”
.

El clarividente y profético texto fue escrito en el año 1.802. Su autor ¿acaso un peligroso saboteador de la democracia, algún incendiario antisistema, quizá un abyecto ácrata en trance de demolición institucional? Nada de eso. Este claro repudio a la banca, siempre conspiradora y cicatera, era la suprema y autorizada convicción del carismático Thomas Jefferson, tercer presidente de los EEUU. Expresaba su temor de lo que podría ocurrir, y finalmente ha ocurrido, en una carta dirigida al secretario del Tesoro de su gobierno.

Pues ya hemos llegado a ello. Ha costado mucha sangre, dolor e historia, pero al fin nuestras vidas y haciendas (las de los americanos y las del resto) están en las manos de los usureros de la banca internacional. Y quieren más. Siempre quieren más. Las pensiones, el sistema público de salud, las autopistas del transporte, los canales de televisión, los otros medios informativos y publicitarios...¿Para qué tanto? Para conseguir el hormiguero perfecto, donde ellos serían los reyes y todos los demás los obedientes porteadores de cosas. ¿Para qué si no amasar sin límite? Ni siquiera disimulan: el objetivo hacerse con el control del planeta...o lo que quede de él cuando hayan conseguido totalmente sus propósitos.

Y enfrente de sus ejércitos y de su policía, cuyas armas, uniformes, salarios y cursillos de formación también pagamos los plebeyos, únicamente hay una débil minoría vociferando a cuerpo limpio. La ciudadanía común reza paralizada y cómplice para que no le falte del todo la droga del consumo. Ya se empiezan a manifestar los primeros casos de síndrome de abstinencia, al cortarse el grifo del dinero: alucinatorios síndromes hipotecarios, humillante venta de enseres de una acariciada prosperidad, prostitución diversa, violencias arbitrarias...Se verán más. La crisis no ha hecho más que empezar y los banqueros están en su elemento. Usura inmoral, pero legal.

Los miembros de las élites financieras son, ya, los nuevos aristócratas; son los dueños del mundo. La vieja “sangre azul” está, como todos los demás, endeudada con su club y suplicando préstamos. En este preciso momento, los banqueros son los únicos beneficiarios de una crisis propiciada por ellos mismos. No sólo hacen negocio y nos cobran por guardar nuestro dinero, sino que los gobiernos se apresuran a nutrir sus cajas de caudales con dinero público. Están tan felices que no dan crédito.

Adorando al dinero, la humanidad camina hacia atrás. Igual que los cangrejos.

Aunque ya haya quienes sueñan con cohetes para colonizar la Luna, Marte y la explotación universal. En “Crónicas marcianas” el escritor Ray Bradbury hace un retrato fiel, clarividente y cruel de la impronta humana. Una constante deriva tanto del presente, como en el pasado y en un más que previsible futuro. La ruina planetaria de la Tierra es un buen comienzo.
.